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Entrevista a una lectora beta

Actualizado: 9 oct 2022


Es la primera vez que cuando voy a entrevistar a alguien, no puedo decir su nombre. Ha sido la único condición que me ha puesto esta lectora beta a la que he conocido a través de otra autora. La llamaré, por tanto así: "Beta"


—Buenas tardes Beta, muchas gracias por contestar a estas preguntas. ¿Me puedes decir tu edad y a qué te dedicas?


Hola, Ada, gracias a ti Pues digamos que tengo entre veinte y treinta años y me dedico a algo no relacionado con la lectura o escritura.

—Te conozco porque has sido beta de otra autora y me ha contado que eres muy rigurosa. ¿Cómo definirías tu labor? ¿Qué significa ser beta?


Ser lectora beta puede ser a veces complicado, ya que sientes la responsabilidad de estar atenta a los pequeños y grandes detalles, datos, trama de la historia… En definitiva es una labor rigurosa como has dicho, pero también se disfruta mucho. Algunas veces pienso que soy la primera en descubrir un tesoro que está a punto de emerger.


—¿De dónde te viene la afición por la lectura?


Es una pregunta difícil, no sabría determinar cuál fue el momento exacto en el que la lectura empezó a atraerme. De hecho, podría decir que fue la propia lectura quien me aficionó a esta misma. Cuando una lectura me atrapa quiero saber más, qué pasará a continuación. Ese es mi impulso, la buena lectura que me hace reír, llorar, pensar, en definitiva sentir.


—¿Qué género prefieres?


Me gustan las buenas historias, los libros que tienen que contar algo. Aunque si tengo que decantarme por un género te diría el thriller.


—¿Cuáles son los detalles que encienden tu piloto de emergencia cuando estás leyendo una novela aún no publicada?


Me fijo mucho en las fechas, soy muy escrupulosa con eso. Incluso cuando estoy leyendo un libro ya publicado retrocedo las páginas para ver si estas concuerdan. Otro aspecto que me llama la atención es cuando un personaje sufre un accidente, es necesario informarse bien de qué herida puede dejar una cicatriz o una infección importante, qué puede causar un trauma y la recuperación de este. En fin, que soy muy tiquismiquis con todos los detalles (risas).

—¿Eres sincera cuando emites tu informe? ¿Cómo lo haces?


Por supuesto, Ada. Entiendo que si alguien me elige como lectora beta es porque confía en que sea sincera y mire hasta lo más mínimo con lupa, es de lo que va ser un lector beta. Sin embargo, hay que recordar que ser sincera no equivale a ser dañina. No es la primera vez que he visto a algún compañero lector beta criticar una lectura con palabras despectivas y sin ni si quiera dar información de qué es lo que no le cuadraba o detestaba. Los lectores beta debemos ayudar a que la historia que leemos tenga sentido y carezca de fallos. Pienso que hay maneras de decir las cosas, las críticas constructivas son fundamentales. Las críticas sin criterio alguno no van a ninguna parte. Como lectora beta recomiendo lo siguiente: da igual si no te gusta la historia que estás leyendo, solo tienes que ayudar a que sea elocuente, si no eres capaz de hacer esto, mejor no te dediques a ello.


—¿Cobras? Y si no es así, ¿te planteas hacerlo en el futuro?


En especies (risas). Bromas aparte, he recibido algún obsequio como agradecimiento. Sí que me he planteado cobrar, puede que en un futuro lo haga. Procuro hacer un informe exhaustivo de las lecturas y esto requiere mucho tiempo, trabajo y concentración. Hay diferencias considerables entre leer por leer y leer como beta.


—¿Por qué vía te llegan las novelas a leer? ¿Por amistades, conocidos?


Sí, a grosso modo por gente conocida.




—¿Cuál es el fallo más grave que te has encontrado en unas de esas lecturas aún no editadas?


Recientemente he estado con una lectura como beta y encontré un error en la trama. No puedo desvelar mucho ya que este libro aún no ha sido publicado y tardará un poco en ver la luz. Lo único que puedo decir es que en esta escena un personaje tenía que ir en busca de otro a avisarle de algo, el fallo estaba en que tenía un dispositivo electrónico por el que se podían comunicar sin necesidad de desplazarse, pero para la trama era indispensable que se desplazase, así que le sugerí que destruyese de alguna manera dicho dispositivo.

En otra ocasión, se trataba de un asunto de brujería pero los métodos empleados no eran de la época.


—¿Te hace caso el autor?


Normalmente sí. Yo hago un informe con mis opiniones y sensaciones al leer el libro en cuestión. Aunque siempre es decisión final de quién escribe, quées lo que escribe.


—¿Algún final ha cambiado por tu culpa?


No, hasta la fecha los finales han recibido mi visto bueno (risas). Si acaso, pequeños detalles en el final pero que no han afectado a el final en sí


—¿Has llegado a perder una amistad por culpa de tu sinceridad? (risas)


Es una pregunta interesante y esto pasa más de lo que nos imaginamos. Yo siempre he tenido buen trato con escritores/as que he tratado y ha sido recíproco. Aunque por desgracia sí que he presenciado cómo esto ha influido en alguna que otra amistad.


—Si hubieras sido beta de algún autor famoso actualmente en el mercado, ¿qué le habrías corregido? Venga, mójate.


Se me viene a la cabeza el libro “La mala suerte” de Marta Robles. En algunas ocasiones el narrador habla desde la perspectiva del protagonista y otras veces, sin avisarnos. Pero un detalle que me chocó bastante fue en relación al apellido del detective y cómo Amanda, la madre de la desaparecida, no se dio cuenta antes de esto. Es una escena que contiene algún spoiler por lo que no te puedo desvelar más. No obstante es un libro que trata temas interesantes y también he destacar la reflexión que hace la autora en el epílogo.


—Pues muchas gracias, Beta, por tus respuestas y tu tiempo. Y me parece que te lo estabas esperando, pero en fin, ha llegado el momento de declarar mis intenciones: ¿Te gustaría ser beta en mi nueva novela, la que estoy acabando de revisar?


¡Será un placer, Ada!


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